estará siempre presente,
mirándonos a los ojos,
mirándonos a los ojos,
desde las alturas de su imperio.
En el cielo, tierra o mar,
en nuestros corazones,
en el cansancio de nuestros pasos.
nos mirará y cantará,
su canción de la muerte.
Cada paso, cada segundo,
responderemos eternamente,
aquí estoy.