Cuando escribes, algo se transparenta, algo se imprime. Procura no sean las ganas de ser leído. Eso es veneno.
Procura no sea forzar la inspiración, ni sea hacer malabarismos para dar con la creatividad. Cosas de ese tipo, solo van hacerte creer que escribes. Al final solo haras un continuo de palabras que no expresen sino solo un forcejeo extraño entre siutiqueria y falta de autenticidad.
Cual es el deseo que quieres plasmar? Cual es el mundo que cobija ese deseo? Cuan fervientemente quema en tu entrañas? por ahí -sin tomárselo como manual-, creo q nacerán -casi solas- las primeras palabras.
Mas, creo que cuando uno escribe, se escribe así mismo. Un deseo no es un artilugio, una excusa para escribir, un deseo se narra así mismo, se le oye en las viseras, se le escribe con amor o con desgracia. Se le escupe, se le abraza. Un deseo se escribe así mismo, porque en ese deseo vives tu. Cuando escribes, procura, por favor, transformarte en ese deseo, y por mucho que incomode, vívete ahí.
Que deseas?