Guardas aun la capacidad para conmoverte con los encantos del mundo?
En los detalles está la vida [el reencantarse con el mundo, volver a querer lo que te rodea] en el apreciar en sus dos o tres sentidos, observando, valorando y entregándose al momento: abrir la atención plena de las sensaciones, dejar que lo que te rodea te mueva, te sacuda el tacto y los restantes 10 o 20 sentidos. Enamorarte de tu entorno es darle la capacidad a que te reencante, abrirte a sentirlo y sacudirte en él, darle espacios a los escalofríos, a jugar, a tocar, darte permiso para que exista la curiosidad, darte espacio para mirar y apreciar los detalles: limpiarte los ojos de que creías conocerlo todo, limpiarte los hombros y espalda de los miedos que te hacen encogerte, sacudirte las malas experiencias, el espíritu fanfarrón, y volver a mirar el mundo como un niño: "todo es nuevo, y todo merece la pena conocer" [y la alegría]
(...) Y así, es como desde desde los sentidos, tocando al corazón, volvemos a nacer.