viernes, 30 de mayo de 2014

Historias lejanas

Nadie sabe con certeza desde donde venían. Solo decían que esos viejos sabuesos bajaban desde las montañas a reencontrarse con sus antiguos amos y dueños. Siempre fieles a su eterno cariño y devoción, no era mas que una palmada en su cabeza y una caricia en su lomo lo que buscaban. 
En el pueblo, con el tiempo, se les comenzó a recibir como visitas honorarias. Eran los nobles aventureros de cada año. Consigo citaban la frescura de la primavera, y los soleados días de un nuevo verano.
Al llegar al invierno, volvían a su intemperie. Gustaban del frío, mientras veían la nieve y lluvia caer.