martes, 15 de febrero de 2011

Los héroes.

Quiero hacer una honrosa mención a los “Héroes”, a aquellos que se rebelaron contra los pensamientos de su época, que poco a poco, gota tras gota de su sudor y su esfuerzo, han permitido llenar este vaso de conocimiento que hemos logrado abarcar hasta ahora. Héroes de todos los niveles: económicos, filosóficos, científicos, sociales, artísticos, políticos, religiosos, guerreros, ciudadanos e históricos que aportaron a esto que hoy conocemos como occidente y oriente. Se supone que estamos en decadencia, otros dicen que estamos en nuestro apogeo, y etc., por ahora, solo quiero acotarme a nombrarlos héroes por crear cuando ya no era posible crear, por decidir cuando supuestamente ya todo estaba dicho, por alzar la voz cuando ya todos llegaban a callar. Quiero hacer una mención a estos héroes pues sin ellos no estaríamos aquí con esta posibilidad de libertad tan grande que hemos podido lograr, frente a la naturaleza, frente a la escasez de ideas y de fe.

Quiero nombrarlos como ejemplos de porvenires, de nuevos caminos, pues de sus andanzas, acciones y palabras, ya hemos podido crear una cantidad inimaginable de alternativas, tantas que el problema paso desde unas pocas decadas atrás, de un “qué y cómo hacer”, hasta un “qué elegir” el día de hoy. Sean estos héroes, demonios o ángeles, virtuosos o malditos, de sus aciertos y desaciertos es posible hoy al fin tener esa masa de saberes y actuar con la riqueza de conocimiento que disponemos hoy. De dichos aciertos y errores que lograron y arriesgaron hacer, es que hoy podemos tener esa posibilidad de elegir, de aprender del pasado tal como quizás nunca la tuvimos antes. Después de todo, a modo de ejemplo, guste o no guste y por my nefasto que haya sido, mucho se aprendió de las guerras mundiales, tanto como de los avances de la medicina.

Estos héroes son vidas que tomaron caminos radicales, para bien o mal de unos y otros, con mejores o peores intenciones, lo hicieron con decisión y se sacrificaron y vivieron en él. La capacidad de ser consecuente aunque esto lleve a morir a uno, es destacable, es sorprendente, y muy provechoso para quienes le suceden, pues es la experiencia que hasta ese momento que no había, es la que nutren a las generaciones siguientes.

Queramos o no, las virtudes enseñan virtudes y los errores enseñan errores, maestros del bien o del mal, son maestros al fin y al cabo.

No nos dejemos comer por prejuicios, creo que ahora es cuando debemos valorar y a la vez dar, o incluso crear, un sentido a esa experiencia. Tal como dice Dominique Simonnet en la introducción de La más bella historia del hombre , “el globo ya está conquistado y sometida la naturaleza: el planeta ya es humano. ¿Y ahora?”.

Y ahora, al parecer, necesitamos de nuevos héroes que nuevamente nos vuelvan a abrir estas pesadas fronteras, de nuestra sociedad.